miércoles, 1 de abril de 2015

El inicio de la lujuria - Aventurax 3.2

Me desperté por la mañana al escuchar el aviso del mensaje en mi móvil. Eran las nueve.
Voy a montarme ahora en su coche, que sepas que me voy a pasar su pollón por todo el cuerpo para que después me beses y me lamas. Te quiero, cornudito.
Me has despertado y me la has puesto durísima con tu mensaje. Estoy desnudo en la cama agarrándome la polla.
Yo también voy a estar desnudita dentro de poco y agarrando una polla.
Ufff! Quiero tenerte ya aquí para poder limpiarte con mi lengua.
Me masajeaba la polla mirando el móvil, esperando su respuesta. Cómo la vez anterior esa mezcla de incertidumbre, excitación y celos me tenía completamente cachondo. Intentaba acariciarme suave para no correrme pero unas palabras rondaban por mi cabeza. Desnudita, agarrando una polla, pasando su pollón por mi cuerpo... Sin darme cuenta acabé pajeándome con fuerza y corriéndome sobre mi pecho. Después de limpiarme fui a desayunar y a darme una ducha fría para bajar la creciente excitación, pero ni si quiera la temperatura del agua conseguía enfriar mi mente calenturienta. Estaba en la ducha con el rabo erecto como un mástil.
No se me baja la polla pensando que otro tío está disfrutando de tu cuerpo. Te amo!

Sobre las doce del medio día, mientras intentaba ver una película aunque le prestaba más atención a mi virilidad, el móvil volvió a sonar.
Estoy en el baño haciendo pis y me veo en el espejo las tetitas llenas de leche.
¿Quieres que te las limpie?
Sí, quiero ver tu boca chupándomelas y que luego me eches tú tu corrida. Aguántate si puedes para que te salga mucha leche.
Ya me he corrido una vez, pero intentaré aguantarme. ¿Lo estás pasando bien?
Mucho. Me vuelvo a que me folle otra vez y ahora le diré que se corra por todo mi chochito para que me lo limpies también. Te quiero, cornudito.
Oh! Qué putita estás hecha. Me encanta. ¿Te lo estás follando sin condón?

A las cuatro y media recibí un nuevo mensaje.
Voy de camino a casa, en una media hora llego. ¿Quedamos a las cinco allí?
Vale, mi amor. Me visto y voy a buscarte.

A las cinco menos diez paré el motor y encendí un cigarrillo.
Ya estoy en tu calle.
Hasta las cinco y veinte no recibí una respuesta.
Ya llego, me he entretenido despidiéndome.
¿Y eso? —pregunté, imaginando que tipo de despedida había tenido para retrasarse tanto.
Ahora lo sabrás :)
¿Donde estás?
Llegando a la esquina, voy andando. Le he dicho que me dejara antes para no cruzarnos contigo.
Al poco, a través del retrovisor, la vi aparecer al final de la calle. Puse el coche en marcha y fui a buscarla.

¡Joder! —exclamé al notar el sabor en su boca.
Le acabo de comer la polla para despedirme —dijo sonriendo —. ¿Te gusta cómo sabe mi boquita?
Como respuesta volví a besarla mientras le cogí la mano y se la puse en mi entrepierna para que comprobara la dureza.
¿Se ha corrido en tu boca?
Sí —asintió mientras apretaba su mano y echaba su saliva en mi boca para que notara más sabor —. Mis padres no están, vamos a casa y me limpias toda.
Cuando entré en su cuarto me desnudé por completo. La polla me dolía aprisionada en los pantalones y quería liberarla.
Me encanta cuando la tienes así de dura —dijo estirándome de ella para que me acercara y besarme de nuevo.
Notaba mi glande totalmente empapado mientras besaba la boca de mi novia con el sabor a la polla y al semen de su ex. Me separé un poco de ella para poder quitarle el sensual vestido veraniego. Contemplé su figura, las rojeces en su cuerpo y unas manchas blancas y resecas por su pecho. Me acerqué a ella y le quité el sujetador mientras la besaba de nuevo. Me separé para contemplar como algunas lineas y formas, sin duda los restos de una de las corridas de Ángel, cruzaban las tetitas de mi novia. Me incliné para metérmelas en la boca y dejárselas limpias. El sabor apenas se notaba, pero era excitante pasar la lengua por los restos resecos del semen, oliendo el aroma a polla que emanaba el cuerpo de Pilar. Cuando sus tetitas estuvieron limpias fui bajando hasta quedar arrodillado a la altura de sus braguitas. Eran blancas, con un borde negro y estaban mojadas.
Cuéntamelo todo —le pedí mientras ponía mi cara entre sus piernas, respiraba hondo para llenarme del olor y dejaba que el charco de sus bragas me empapara.
Cuando estábamos en el coche —empezó a contarme mientras se movía restregando su coño por mi cara —, me ha preguntado si quería hacer algo y le he dicho que no, que fuéramos directos al apartamento para aprovechar el tiempo.
¿Y qué te ha dicho?
Se ha reído y me ha dicho que era tan putita como siempre.
¿Y lo eres?
Más que antes —confesó, mientras le bajaba las bragas y su coño pringado como nunca antes lo había visto aparecía ante mi vista. Por la parte de arriba tenía restos de semen parecidos a los que había limpiado en sus tetitas y por la parte de abajo todo estaba humedo, los dos jugos se habían mezclado y despedían un fuerte olor que me excitaba.
¡Cómo lo tienes! —exclamé quitándole las bragas por completo y dejándolas en la cama para poder verlas.
Al llegar al apartamento nos hemos sentado en el sofá a bebernos un zumo —siguió contándome mientras mi lengua empezaba a acariciar y saborear el sabor mezclado del semen y los jugos de su coño —pero antes de acabárnoslo ya nos estábamos liando. Me besaba y metía la mano por debajo del vestido. Yo he abierto las piernas para que pudiera tocarme bien y él apretaba mis bragas mojaditas hacia dentro de mi chochito. Luego le he pedido que me quitara las bragas, me las a quitado y me ha metido dos dedos dentro. Cuando estaba muy mojadita los a sacado y se los ha lamido y después se ha puesto en el suelo, me ha levantado las piernas y me ha comido el coño. ¿Te gusta como me sabe con su leche?
Sí, mucho. Y me encanta como huele. Túmbate y abre ahora también las piernas para que pueda comértelo bien.
¿Así? —preguntó alzando y cogiéndose las piernas, dejando su coño empapado totalmente expuesto para mí.
Sí, putita —respondí antes de lanzarme con avidez a comérselo —. Sigue contándome.
Pues me estaban entrando muchas ganas de correrme porque me gustaba mucho como me lo comía, pero no me ha dejado. Ha parado y me ha dicho que me pusiera a cuatro patas, yo me he girado mientras él se ponía un condón...
¿No te lo has follado sin al final? —la interrumpí.
Ah... no he acabado de contarte —dijo dejándome con la incertidumbre y mas cachondo todavía.
Entonces se ha puesto el condón y ha empezado a metérmela. No le ha costado mucho porque estaba bien mojada —siguió contándome mientras yo disfrutaba de su relato y saboreaba su chochito —. Me daba mucha caña y me sentía llena pero le pedía más. Estaba muy cachonda y notaba de nuevo las ganas de correrme y entonces le he dicho que parara y que se sentara en el sofá que me lo quería follar yo. Al sacarla me ha dejado vacía y completamente abierta, pero rápido me he sentado encima suyo y me he metido su pollón hasta el fondo. Me he quitado el vestido y el sujetador para quedarme desnuda delante de él. Los dos teníamos el cuerpo sudado y nos hemos restregado el uno contra el otro mezclando nuestro sudor. Yo ya no he podido aguantar más notando mis tetitas resbalando por su pecho y he empezado a correrme botando sobre su polla. Después de correrme he visto que él también tenía ganas, así que me he salido y me he puesto de cuclillas delante de su polla. Notaba mi chochito abierto y goteando mientras le quitaba el condón y me llebaba su rabo duro a la boca. Me la he tragado todo lo que podía hasta que me ha dicho que se corría y le he pedido que se corriera en mis tetitas. Él se ha levantado y yo me he puesto de rodillas mientras se pajeaba delante mio, a la altura de mi cara y al poco ha empezado a darme toda su leche, yo he cogido mis tetitas, juntándolas para que cayera todo en ellas y me las llenara bien y luego tú pudieras limpiármelas como lo has hecho, cornudito.
Oír la confirmación de que le había limpiado sus tetitas corridas hizo subir en mí toda la leche acumulada. Aunque apenas me había tocado, escucharla y comerle y olerle el coño me habían puesto a mil.
¿Quieres mi leche ahora? —le pregunté mientras me levantaba y acercaba mi polla a su cuerpo.
Sí, dame tu leche, cornudito.
Toma mi leche, putita —exclamé mientras empezaba a soltar los chorros.
¡Joder! —exclamó Pilar al ver que no paraba de salirme semen —, me la has guardado.
Sí, mi amor. Toda para ti —dije soltando al fin las últimas gotas —. ¿Después ha sido cuando me has enviado el mensaje? —le pregunté mientras cogía papel para limpiarla.
Sí. ¿Te ha gustado que te escribiera?
Mucho —le dije besándola.
Pilar se levantó, fue a la cocina y trajo algo de beber y merendar. Después de merendar nos tumbamos en su cama y poco a poco ella fue acusando el cansancio de madrugar y de la sesión de sexo que había tenido, por lo que se quedó dormida en mi pecho. Yo por supuesto tenía ganas de más y quería saber todo lo que había sucedido, pero entendía que mi novia necesitara descansar después de haberse pasado toda la mañana follando. Empecé a tocarme la polla suavemente mientras la contemplaba y acariciaba su espalda. Me encantaba lo que veía, una chica preciosa a la que amaba, que me hacía cornudo follándose a su ex y eso en lugar de molestarme, hacía que la quisiera más. En esos pensamientos estaba sumido cuando Pilar se despertó y me vio tocándome.
¿Quieres que te cuente lo que hemos hecho cuando he salido del baño? —dijo quitando mi mano de mi miembro para cogerlo con la suya.
Me encantaría.
He salido del baño sin limpiarme las tetitas. Me he dejado su corrida para que se secara, como ya has visto. No estaba en el salón así que he ido a su cuarto y he visto que estaba recogiendo unas cosas. Le he preguntado si ya teníamos que irnos y me ha contestado que hasta después de comer no se iría, que si me quería quedar y le he dicho que sí. Me he sentado en su cama, desnuda y me he quedado mirando su cuerpo también desnudo. Me gusta ver su polla colgando y moviéndose de un lado a otro porque aunque no la tenga dura ya se le ve gorda. Me gusta tanto su polla que me estaba mojando viéndola y he empezado a tocarme. Me he acordado que me dijiste que podía follármelo sin condón y me han entrado muchas ganas.
Con esa confesión mi polla ya se puso en todo su explendor, a lo que Pilar respondió apretándola con más fuerza.
Cuando se ha girado me ha visto tocándome y le he dicho que me encantaba su pollón, que quería notarlo bien dentro de mí. Él se la ha cogido y mientras se la meneaba y se la ponía dura me ha preguntado si la quería. Yo le he dicho que sí y he abierto la boca a lo que ha respondido acercándose y dándomela para chupársela. Cuando se la estaba mamando ha visto que tenía las tetitas manchadas y me ha preguntado que si no me había limpiado y le he respondido que no, que te iba a hacer chupármelas así.
¿Eso le has dicho? —le pregunté extrañado, pero no menos excitado
Sí, estaba tan cachonda que no pensaba lo que hacía. Y a él le ha gustado tanto que me ha dicho que quería follarme, que iba a buscar los condones para metérmela pero yo le he dicho que no, que estaba muy cachonda y quería notarla bien dentro mio, que contigo lo hacía sin condón y quería probarlo con él ya que nunca le había dejado metérmela a pelo. Me ha preguntado si estaba segura y le he dicho que sí, que me la metiera ya, que quería notar el contacto de su piel dentro de mí. Se ha puesto encima mio y ha empezado a jugar con su capullo en mi clítoris y a abrirme poco a poco. Notaba su polla entrando dentro de mi chochito, notaba su calor, su piel, sus venas...
Yo no pude más y también me tumbé encima de ella mentiéndole mi polla mientras me contaba como notaba la polla de Ángel, sin condón dentro suyo.
Al tenerla tan gorda, sentía como se rozaba por todo el interior de mi coñito y no he podido evitar correrme gozando de su tacto. Al notar como incrementaba el ritmo le he dicho que tuviera cuidado, que se corriera por todo mi coño. Él tampoco ha aguantado mucho follándome a pelo y poco después la ha sacado y se la ha pajeado fuerte —dijo mientras empezaba a estremecerse y correrse recordando lo que había hecho. Justo después de correrse me sacó la polla, se puso encima mio y empezó a pajearme con fuerza mientras seguía relatándome su aventura—. Me ha preguntado si también te iba ha hacer comerme el coño manchado de su leche, le he dicho que sí y se ha puesto tan cachondo que se la ha salido toda la corrida disparada —me dijo mientras cogía sus bragas todavía húmedas de la cama y me las ponía en la cara sin dejar de masturbarme —. Me ha gustado follármelo sin condón y notar después su leche caliente cayéndome por el chochito —me decía mientras yo olía sus braguitas y notaba mi leche caliente recorriendo mi polla.
Estaba extasiado y agotado cuando Pilar me quitó sus bragas de la cara y me besó.

No hay comentarios:

Publicar un comentario